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martes, 17 de mayo de 2011

No es exactamente dolor, es la destrucción o el amor.

Probablemente no este bien decirte que me asusta todo lo que siento, que no entiendo nada, que estoy perdida.
Y es que ahora mismo no quiero ni verte ni de lejos, hay demasiadas cosas que odio de ti;
tus días tristes, que no me quieras, lo mucho que me haces sufrir, que me hagas reir y llorar, que te hagas daño tu solo, que seas tan cabrón, que no la olvides, que seas tan indeciso... Que me hagas quererte.
Me revienta que no seas capaz de pensar más allá, que no entiendas muchas cosas que yo te intento contar. Pero aún con todo esto no puedo dejar de pensar en ti, hay muchas cosas que me gustan de ti;
tus bromas, tu sonrisa, tus ojos, tus detalles, tus gestos, tu pañuelo rojo, que sientas tanto, tus detalles de papel, tus bromas con doble sentido, que pueda hablar contigo de todo, que me abrazes, tus besos que me ponen el corazón a mil y la piel de gallina, que me hagas reir y llorar... Que me hagas quererte.
Y no se si es la tonta soy yo, o lo eres tu... Pero te quiero. Quiero tus besos sabor coca-cola.

Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo,
dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.

Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido


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