Como un anarquista que respeta los semáforos.

Esta noche me sabe a ceniza y a chicles de menta, a desamor embotellado en frascos ya rotos y a un odio que corroe las entrañas.

Y a dudas, a muchísimas dudas.

De no saber que hacer, de no saber si en realidad importa o no, de no saber si es un si o un no, derecha o izquierda, arriba o abajo, te quiero o no te quiero.

De no saber si es rutina, que te dejas llevar y te arrastra, que para cuando quieres salir suele ser normalmente tarde.

Esta noche me sabe a dudas, pero se que por la mañana tendré la cabeza llena de respuestas, por que, es la noche, que al final confunde.

Y se que no es rutina, que hay estan los pequeños detalles como el olor de la rosa que me recuerda cada pocos segundos tu sonrisa al dármela, y tus llamadas intempestivas, y tus bromas, y que te sepas todos los anuncios, que me hagas cosquillas cuando no quiero levantarme, que me despiertes con mimos, que me abraces, y cuando me cuidas. Cuando te quedaste toda la noche despierto por que tenia mucha fiebre y no podía dormir, y no te quejaste ni un segundo, ni una mala cara, ni un reproche escondido, y encima, tengo dudas.

Ya no, ya no es una noche de dudas.

Tan loca como la mayor de las locuras

tan feliz como una novia el día de su boda

tan entusiasta como un actor el día de su primer estreno

tan salvaje como el amor.